tus ojos dulcemente oscuros como la noche son el rojo vivo entre las sabanas

con apetito lujurioso quiero romper con las palabras de mi lengua

la frondosa caracola, seducir tu piel de almendra, de maracuyá

caliente como el fuego quiero ver tus ojos y en el silencio sonoro

escuchar tus escalofríos mientras mis dedos traviesos encuentran lo escondido

y tibio

mujer tan bella me quedo observándote placido

ante la tranquilidad de tu carisma, un zumbido me asecha

si, la forma excitante de tu cuerpo desnudo, se cuela en un fuego

dentro de mi mente, crece mi apetito, me hace chorrear en ansias

y discretamente, pero indecente como un ladrón

como el ternero busco el manjar blanco a la succión

a mordiscos, a besos calientes, ordeñando lo privado

saboreando la fruta jugosa

eres tan bella que se me reseca la garganta por la sed de tus labios

a la manzana de pulpa dulce y cítrica

al jugo íntimo, sexy e irresistible