si pudiera dejar de verte con ojos de deseo, si pudiera deshacerme del fuego inmenso de un amor errante

tal vez el cielo mi diera una oportunidad a tu lado

para pasar un día de verano al refresco sublime de tu piel mojada

pero ardo en ansias por acariciar con mi lengua

lo que muchos han nombrado suyo

lo que ya no guardas con recelo

me quemo como la hoja que se cae de un árbol

a plena luz de la luna

que se pisa con el suave hielo de la espera y la agonía

mi pecho se infla de ilusión y desesperación

contando los segundos como si fueran meses

mirándote recargado en el remolino eterno de la ironía.