no puedo evitar arder en el deseo más mundano en las llamas de placer al saborear tu piel

al ver a tu mirada, al suspirar entre los colores misteriosos de tus ojos

porque tú me nutres con la esencia perturbadora de un amor de cuerpos

quiero llenarme comiendo de ti, de lo salvaje que se esconde en un pestañeo

en un meneo suave de tu cabello al viendo

hambriento voy derribando tu arrogancia

con pasos firmes dejo que mi boca apague el incendio de tu cuerpo

nuestros corazones se queman, arden consumiéndose en las nieblas de la oscuridad

y nuestras manos se buscan encontrándose en caricias

en la piel blanda, suave y deslizante

de un amor efímero y eterno.