el dulce color de tu mirada alborota mis ansias de hacerte mía

por descubrir tras los encajes de la indiferencia

eso que te hace mirar a las estrellas y suspirar al ver la luna

con desenfreno mis dedos encuentran su camino deslizante

sobre tu piel suave y lisa

las yemas frotan arrojándose a la lujuria calentándose al calor

de un fuego que quema en los pechos

y que arde en las almas deseosas de un verdadero amor

con sutileza deshago lo que llevas puesto como coraza

atravieso más que mil batallas, las sombras y la niebla

antes de que te arquees esperando a que la flecha sea lanzada

hacia tu corazón.