el rojo de sus labios le dio el rubor a su rostro

cuando mis besos se escabulleron dulcemente por su piel

su vestido se encogió y sus senos se hicieron firmes

cuando mis dos manos rodaron por su cuerpo

ella cerro los ojos y el perfume de su piel

endureció mis ganas de amor

ella me sostuvo penetrándose en mi puñal mientras yo la miraba

todo su cuerpo gimió al ritmo de su boca

a la forma del rojo ardiente de sus labios

ella me miro con sus eróticos ojos negros

y yo no le perdí de vista

con mis manos dentro de su carisma

ella me apretó de la misma manera

que la línea lujuriosa que decoraba sus ojos

se hizo densa y esponjosa