nuestro primer sorbo, ese corazón agitado al verte, el sonrojo del gusto

esa primera impresión que, en esencia, la pulpa, el roce

los secretos en los pensamientos, el anhelo, la lujuria

 princesa de fragancia instantánea, con gusto

me detendría otra vez al ver tus suaves y sensuales ojos

a la timidez que me provoca, al éxtasis en que me invita

y luego con gusto

el beso tierno, el comienzo sin fin

la frescura de los sentimientos

las bocas danzantes en vaivén

luchando, jugando y conociéndose

un pacto sublime, entre el eco de las mariposas

y el fuego que arde en el alba

en lo tibio y sensible

entre el contacto de los suspiros sobre las cortezas

al torbellino, el poema caliente

y el sabor inexplorado de lo platónico

cítrico y postre