me mirabas con las ganas de un beso, y entonces yo quería sonrojarte

seguir el curso del fuego en el pecho

saboreando lo que el aroma de tu piel me decía

tu seguías y ahora tus labios eran dulces, atrayentes

picaros

tu cabello se empezó a sumergir en el viento

dejo que el sol lo calentara, que brillara derritiéndome

seduciéndome

y yo tentado quise probar de tus secretos mujer hermosa

comer de tu carisma y cenar de tu perfume

como la arena tú estabas tibia y apetecible

con el deseo que te descubrieran

que te desnudaran a las olas frías

al golpe de la tarde al inicio de la noche

y yo pase por tu cuerpo observándote

eras tan tierna, delicada, tan salvaje

que tocarte a la medianoche se me hacía incierto

me mirabas y te bese